Piense (pensemos), luego escriba (escribamos)…

Piense (pensemos), luego escriba (escribamos)…

Tal vez aún no sé “leer” aquí en facebook o me lo tomo todo tan en serio… ¿Será que sé el peso de una palabra y por eso la pienso antes de dejarla escrita? Hiere la ligereza con que en post o comentarios, que parecieran no pasar por filtro alguno, se ofende, afirma, descalifica, sin siquiera acudir a la publicación original o detenerse un segundo a pensar que lo vertido aquí hace daño a personas reales, o verificar con seriedad para opinar con respeto. Pareciera no importar

Según el tema, o la persona, habrá un pequeño avispero o un inacabable enjambre… Entre el oro de los criterios responsables, no faltará la débil aleación de comentarios ligeros o dañinos, malintencionados o ignorantes… hasta el próximo tema… o persona. Y no me refiero, conste, al derecho de expresar nuestras ideas, cuando coinciden o cuando no.

Para mí, uno de los más tristes de estos días es el enfoque regionalista por el desarrollo de la epidemia, por el que he leído desencuentros entre gente que admiro. Como si no existieran ya suficientes separaciones, se utilizan las fronteras de la geografía convertidas en fronteras del afecto. Como si en todos los rincones no hubiera habido indisciplinas e irresponsables…, o disciplina y responsabilidad… Así cada día. Es triste. Alguno que ayer (y es sólo un ejemplo) escribió contra mí, me abrazará en la calle: como si las palabras no tuvieran valor. Total, no era más que un simple comentario al calor del momento…

Piense (pensemos), luego escriba (escribamos)…

Les dedico este único intento de soneto que he hecho. Y agradezco a mi maravilloso, enriquecedor y muy diverso grupo de amigos y amigas, mezclados los de todas las realidades… Pareciera escrito por los sentimientos que describo, pero entonces ni siquiera sabía qué eran las redes “sociales”…

Fatiga de mi cuerpo que no cesa /
de correr hacia todo y hacia nada, /
presuponiendo que la nada pesa /
como el resto de lo que vivo. Helada /

punta de flecha puesta en la garganta /
exigiéndome vida o muerte. Pasa /
la risa deslumbrante, leve, vana /
que igual cobija lo que igual espanta. /

Y yo creyendo en la palabra escrita, /
y yo creyendo en la palabra oída /
que crea mundos como los destruye. /

Hablo silente ante la voz proscrita, /
callo palabras ante la voz ida: /
lo que vuelve hacia mí, lo que me huye…

Por Teresa Melo/ lA pUPILA iNsOMNE

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