Desde Mangos de Baraguá, en el año 1878, hay una larga tradición de protestas en Cuba. Nuestra Constitución actual regula ese derecho ciudadano, siempre que se ejerza con respeto a la ley y al orden público, y siempre que tenga un carácter pacífico y no pretenda atentar contra el sistema que democráticamente elegimos en el referendo de 2019.