Por. Juventud Rebelde
Si alguien todavía cree que nos arrebatarán a Martí, o que mancillarán impunemente su ejemplar vida y obra, se equivocan. Martí es y seguirá siendo el alma de la nación cubana; guía e inspiración para todos los hombres y mujeres de bien, en nuestra Patria y más allá de sus límites geográficos y, muy especialmente, para las nuevas generaciones, dispuestas a mantener en alto sus ideales de justicia, libertad y soberanía.
Así lo constatamos en la antesala de este 28 de enero, cuando jóvenes de ayer y de hoy se juntaron para rendirle tributo al Apóstol en el aniversario 167 de su natalicio. Desde la Colina Universitaria hasta la Fragua Martiana, se les vio caminar hacia el futuro, en lo que fue la Marcha de las Antorchas de todo un pueblo. Y los «pinos nuevos» de los que Martí habló, juraron que mantendrían bien encendido «el fuego de la dignidad para que ilumine por siempre el cielo de la Patria». Seguir leyendo