
Perdieron los que han gastado millones en destruir la relación de los cubanos con tradiciones identitarias como el béisbol.
No podían soportar que estuviéramos en las semifinales del Clásico Mundial. Pasara lo que pasara nuestro equipo ya había ganado mucho para Cuba: Nos ha dado orgullo de ser cubanos, alegría compartida dentro y fuera de fronteras y confirmar que no nos equivocamos al convocar a todo el que sienta motivación por llevar con respeto las cuatro letras en su pecho.