
New York Times: Brasil, entre la pandemia y una epidemia de hambre
Adolescentes escuálidos sostienen avisos en los cruceros con letreros que dicen fome –hambre− en letras grandes. Niños, muchos de ellos no han asistido a la escuela por más de un año, mendigan comida afuera de supermercados y restaurantes. Familias enteras se apretujan en endebles campamentos en las aceras y piden fórmula para bebé, galletas o lo que sea.
A un año de la pandemia, millones de brasileños están hambrientos.
Las escenas, que proliferan en los últimos meses en las calles de Brasil, son una cruda evidencia de que la apuesta del presidente Jair Bolsonaro −proteger la economía del país al evitar políticas de salud pública para controlar el virus− ha fracasado.
Desde el inicio del brote, el mandatario brasileño se ha mostrado escéptico del impacto de la enfermedad y desdeña el consejo de los expertos en salud al argumentar que el daño económico de los cierres, la suspensión de las actividades de negocios y las restricciones de movilidad que recomendaron sería una amenaza mayor que la pandemia para la débil economía del país.