
No han pasado unos días apenas de la VII Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños –en el que la unidad de la región fue estandarte predominante–, y del anuncio de Brasil y Argentina de impulsar el comercio bilateral con sus monedas respectivas –camino hacia una moneda común–, cuando Estados Unidos anuncia oficialmente que impulsará una Asociación de las Américas para la Prosperidad Económica.
Con el tufo precedente de la sepultada Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA) de Bush, o la nunca implementada Alianza Igualitaria de Obama, la Administración Biden-Harris, con el apoyo de Canadá, proclama ahora este nuevo intento de asociación con los países latinoamericanos y caribeños, esbozado en la pasada Cumbre de las Américas en Los Ángeles, marcada por las exclusiones y los desencuentros.