
Entre discursos pagados y nidos de subversión.
Como yerba mala brotan algunos medios dependientes del imperio, algunos lo hacen desde suelo extranjero, otros desde suelo patrio, todos sin embargo tienen algo en común, no caminan sin el combustible verde.
Son medios predadores, herederos del odio del capitalismo hacia la especie humana, fieles a su paradigma de divinidad, ese santo dinero que engrasa su discurso subversivo, así traen día a día la dosis de falsedad noticiosa desde un discurso agresivo, turbio, manipulador, al cual se le añade una pisca de posverdad apocalíptica.
Como prediciendo la llegada del anticristo, viven pendientes de cualquier hombre o mujer que pronuncie la palabra socialismo, progresismo, programas sociales, en fin, cualquiera que hable de modelo propio de desarrollo fuera de los marcos del capitalismo, sobre todo del imperialismo estadounidense, su hogar y templo.