Hipócritas y desvergonzados. Por Arthur González.

No por ser repetitivas sus mentiras contra Cuba, dejan de causar indignación, al constatar la doble moral y la hipocresía de la política de Estados Unidos, patente en el informe que presentó al Congreso el 23 de mayo, Antony Blinken, Secretario de Estado, donde afirmó que el Registro Federal en su certificación anual, expuso que Cuba, Corea del Norte, Irán, Siria y Venezuela, no cooperan plenamente con Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo y por tanto la administración de Joe Biden los mantendrá en la lista de estados patrocinadores del terrorismo.

Desvergüenza total del país que más acciones terroristas ejecuta y patrocina en el mundo, contra naciones que no aceptan arrodillarse a sus pies.

Sería muy conveniente que Blinken empleara algunas horas para leerse algunos documentos de la CIA y de su propio Departamento, muchos publicados en los volúmenes del FRUS, Foreign Relations United State, para que conociera realmente lo que Estados Unidos hace contra Cuba y su pueblo, los muertos y los daños causados por criminal política de terrorismo de estado.

Se sabe perfectamente que esa lista es parte de la guerra económica, comercial y financiera, que por 64 años le aplican al pueblo cubano para matarlo de hambre y enfermedades, pretensión inhumana demostrada durante la pandemia de la Covid-19, cuando Estados Unidos se negó a vender, y trató de impedir a terceros, la venta a la Isla de respiradores artificiales y otros insumos para salvar vidas.

Durante la tiranía de Fulgencio Batista, apoyada totalmente por Washington, jamás lo sancionaron, por el contrario, Allen Dulles, director de la CIA llegó a La Habana en abril de 1955 y se reunió con Batista, para coordinar la creación del Buró de Represiones Anticomunistas, BRAC, responsable de los asesinatos y torturas a miles de jóvenes que se oponían a los desmanes del tirano, órgano al que brindaron financiamiento, asesoramiento y entrenamiento operativo, más el abastecimiento de medios técnicos secretos.

Lyman Kirkpatrick, Inspector General de la CIA, realizó visitas a La Habana en 1956, 57 y 58, para darle seguimiento al desarrollo de esas actividades contra los líderes de las organizaciones políticas y estudiantiles, considerados hostiles a los intereses yanquis, reconociendo el “buen trabajo” que ejecutaba el tirano.

La CIA supo de las ideas de Fidel Castro durante su autodefensa en el juicio por el asalto al Cuartel Guillermón Moncada y por eso estaban convencidos que no aceptaría subordinarse a los intereses yanquis; de ahí que el 23 de diciembre de 1958, en una sesión del Consejo de Seguridad Nacional, Allen Dulles, director de la CIA, le expresó al presidente Eisenhower: “Debemos evitar la victoria de Castro”.

Una semana después Fidel ganaba la guerra en la que Estados Unidos había empleado dinero, armas y asesoramiento militar para impedir ese triunfo.

Mantener a Cuba en la lista de países que patrocinan el terrorismo, posibilita incrementar las medidas de guerra económica, comercial y financiera, mediante la presión y amenaza de sanciones, a las empresas que desean invertir y hacer negocios con las naciones incluidas, a los bancos para que no acepten transacciones de pago y compras, haciéndole la vida más difícil al pueblo por el incremento de las penurias.

Recientemente la congresista por Florida, María Elvira Salazar, emplazó al propio Blinken, durante una audiencia del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara, exigiéndole de forma impositiva que se comprometiera a no retirar a Cuba de esa lista, sin previa consulta con los congresistas. Evidentemente desconcertado por la forma empleada por Salazar, Blinken le respondió: “Si va a haber tal revisión, se basará en la ley y en los criterios de la ley establecidos por el Congreso”.

Días después la congresista propuso un proyecto de Ley, para quitarle al presidente de Estados Unidos la potestad de extraer a un país de la mencionada lista y que fuera el Congreso quien decidiera, similar a lo que la mafia anticubana logró con la Ley Helms- Burton, para evitar que Bill Clinton pudiera levantar el “embargo”.  

Antony Blinken debe saber que el 11 de diciembre de 1959, el jefe de la División del hemisferio occidental de la CIA, el sr. J.C. King, envió un informe a su director general, Allen Dulles, proponiendo dar una cuidadosa atención a la eliminación de Fidel Castro”.

Además, debería leerse cuidadosamente el informe del Inspector General de la CIA, confeccionado en 1967, donde se detallan algunos de los cientos de planes que esa agencia desarrolló para asesinar a Castro, prueba que quienes ahora elaboran listas de países patrocinadores del terrorismo, son los verdaderos ejecutores del terrorismo internacional: los hipócritas yanquis que asesinan sin el menor remordimiento.

Otro documento que el Secretario de Estado no puede dejar de leer para comprender como su gobierno viola los derechos humanos y participa en acciones terroristas, es el preparado por la CIA para el Grupo permanente del Consejo Nacional de Seguridad, el 8 de junio de 1963, donde se expone en detalles la política encubierta y el programa integrado de acciones hacia Cuba.

Dicho documento recoge entre muchas tareas:

“…la información de inteligencia se necesita para permitir el planteamiento y organización de operaciones para la represalia económica y blancos de ataque”. “Solamente después que los efectos de la represalia económica y de las acciones de sabotaje, se sientan profundamente en la población y en los grupos de élite, puede uno esperar convertir la desafección en las fuerzas armadas y otros centros de poder del régimen, en revueltas activas contra el séquito Castro-comunista”.

Eso es terrorismo de Estado contra un país independiente y debiera ser sancionado por la ONU, pero nunca ha sucedido.

Para ser más específico, ese programa integrado de acciones, detalla lo siguiente:

Los sabotajes en este programa son tanto un arma económica como un estímulo a la resistencia, debe existir una visible y dramática evidencia del sabotaje para que sirva como un símbolo del creciente desafío popular al régimen de Castro. Estas operaciones serán realizadas lo mismo por agentes controlados desde afuera, ahora disponibles, o por los agentes internos o aquellos que se consignan.

“Ningún acto de sabotaje aislado por sí mismo puede afectar materialmente la economía o estimular una resistencia significativa. Sin embargo, es nuestra opinión que una serie de esfuerzos de sabotajes bien planeados y ejecutados adecuadamente a su tiempo, producirán el efecto que buscamos”.

“Cada acción tendrá sus peligros: habrá fracasos con la consecuente pérdida de vidas y acusaciones contra EEUU, que resultarán en críticas en casa y afuera. Ninguna de esas consecuencias esperadas deberá hacernos cambiar nuestro curso, si el programa expuesto puede tener el éxito esperado”.

¿Necesita Blinken una afirmación más monstruosa y sínica?

¿Por qué la prensa yanqui y los periodistas especializados en Cuba y Latinoamérica, no publican estos documentos que prueban quién es el verdadero país terrorista?

Un documento elaborado por el coronel Jack Hawkins, jefe de la sección de personal paramilitar en el centro de operaciones de la Fuerza de Tarea de la CIA, en la denominada “Operación Cubana”, señala sin el más mínimo pudor:

Durante el período comprendido entre octubre de 1960 y el 15 de abril de 1961, se perpetraron alrededor de 110 atentados dinamiteros contra objetivos políticos y económicos, se colocaron más de 200 bombas. Se descarrilaron 6 trenes, se dejó inactiva la refinería de Santiago de Cuba durante una semana, como resultado de un ataque sorpresivo desde el mar.  Se provocaron más de 150 incendios contra centros estatales y privados, incluyendo 21 viviendas de comunistas y 800 incendios en plantaciones de caña”.

Según sus propios informes, la CIA introdujo ilegalmente en Cuba desde el 28 de septiembre de 1960 hasta el mes de abril de 1961, “75 toneladas de explosivos y armamentos, mediante 30 misiones aéreas, más 46,5 toneladas en 33 misiones de infiltración marítima, para abastecer a grupos terroristas urbanos y bandas de alzados en zonas montañosas”.

La voladura intencional del buque francés La Coubre, en marzo de 1960, dejó un saldo de 101 muertos y más de 200 heridos, unido a la del avión civil de Cubana de Aviación en 1976, donde murieron 73 personas inocentes, entre ellos el equipo nacional juvenil de esgrima, bastan para juzgar y sancionar en un tribunal a cada uno de los directores de la CIA y a los presidentes de Estados Unidos que aprobaron esos planes criminales y después dieron cobija a los asesinos.

A estos hechos terroristas hay que sumarle las acciones biológicas contra los cubanos, la flora y la fauna, entre los que se destaca la introducción del Dengue Hemorrágico en 1981, que trajo como resultado la muerte de 158 personas, de ellos 101 menores de edad, del total de 344,203 enfermos.

En 1984 uno de los agentes de la CIA, Eduardo Arocena, confesó ante el tribunal federal de New York, donde era juzgado por asesinato de un diplomático cubano ante la ONU, que la misión del grupo que dirigía era introducir gérmenes patógenos en la Isla. El juez no reparó en esa confesión y fue condenado solo por asesinato. El presidente Donald Trump le concedió el indulto sin tener en cuenta sus crímenes.

Los legajos que contienen las acciones terroristas llevadas a cabo por Estados Unidos contra Cuba, ocupan varios estantes del Archivo de Seguridad Nacional y conforman la verdad histórica, esa que bastaría para conformar un tribunal que los juzgue por sus crímenes horrendos, contra un pueblo que solo decidió defender su soberanía nacional y se niega a ser colonia del imperio más poderoso y deshumanizado del mundo.

Exacto fue José Martí cuando afirmó:

“Nada más justo que dejar en punto de verdad las cosas de la historia”.

En política nada es casualidad. Por Arthur González.

En días pasados, el recién electo presidente de Brasil, Luis Ignacio Lulada Silva, convocó una reunión de presidentes suramericanos con el objetivo de unir a los países de la región para trabajar por el bienestar de los pueblos y la paz. Aspecto significativo fue la invitación al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, para reinsertar a esa gran nación en el bloque suramericano, excluida por las presiones y sanciones de Washington, debido a la posición vertical de no someterse a los dictados del régimen yanqui.

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Josep Borrell bajo presión y chantaje. Por Arthur González

El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, tiene prevista su visita a Cuba los días 25, 26 y 27 de mayo 2023, pero ya varias organizaciones creadas y financiadas por Estados Unidos, iniciaron sus presiones y chantajes para que actúe como desean los yanquis, en su desesperado intento de estrangular a la Revolución y ver cumplidos sus trasnochados sueños de derrocarla.

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¿Embajada o nido de espías?. Por Arthur Gonzalez.

Nora Gámez Torres, periodista cubana nacionalizada estadounidense, que cubre temas cubanos en los diarios el Nuevo Herald y el Miami Herald, en uno de sus recientes artículos sobre el “Síndrome de La Habana”, puso al descubierto que la Misión diplomática yanqui en La Habana es realmente un nido de espías, algo bien conocido por la contundente denuncia que hizo Cuba en 1987, al divulgar en la TV la confesión de 27 funcionarios cubanos colaboradores secretos de la Seguridad del Estado, que durante años engañaron a la CIA cuando los reclutó para obtener información económica, financiera, temas relacionados con la salud humana y animal, el transporte naval y aéreo, las comunicaciones y los del área  militar de la Isla.

Aquel escándalo fue totalmente silenciado por la prensa de Estados Unidos, para que sus ciudadanos no lo conocieran, donde Cuba puso al descubierto la presencia de 38 oficiales de la CIA, de un total de 79 cargos diplomáticos radicados como funcionarios permanentes de misión diplomática, más otros 113 oficiales que actuaban bajo la cobertura de funcionarios en tránsito, que permanecían menos de un año en el país, de un total de 418 cargos diplomáticos que lo hacían bajo esa categoría.

Aquellos oficiales CIA destacados como “diplomáticos”, ejecutaban operaciones ilegales de abastecimiento a sus supuestos agentes, en cuevas, carreteras, basureros, puentes y alcantarillas, con modernas plantas de trasmisión satelital y a corta distancia, dinero y paquetes para cifrar y descifrar los informes.

Años después, el oficial CIA Ronald Kessleren su libro “Incide The CIA”, escribió:

Uno de los problemas más graves que enfrenta la CIA es la posibilidad de que sus agentes sean dobles agentes, o sea que trabajen para el otro bando. Esto sucedió en Cuba donde la mayoría de los agentes reclutados por la CIA desde los primeros años de la década del 60, eran agentes plantados que recibían instrucciones del Jefe Superior cubano Fidel Castro.”

En las escuelas de preparación para los oficiales de la CIA, se utiliza la vergonzosa experiencia del engaño de Cuba con sus 27 agentes, como un ejemplo negativo para evitar la repetición de tales errores, considerado como el golpe más importante sufrido por la Agencia durante la Guerra Fría.

Sin embargo, dicho artículo no cuestiona la actividad ilegal de la CIA contra Cuba, situación violatoria de la Convención de Viena y se trata el asunto como si Estados Unidos tuviera el derecho de utilizar su misión diplomática para esas actividades ilegales.

Nora, graduada en la Universidad de La Habana, en su crónica: “Puñal en la espalda”, da detalles de la inconformidad de algunos de los supuestos afectados por “extraños ruidos” que nunca se comprobaron, disgusto fundamentalmente por no recibir la compensación monetaria ofrecida por la CIA, por participar en el show del inventado ataque sónico, poniendo al descubierto que los que dijeron sentir síntomas, imposibles de comprobar, eran realmente oficiales de la CIA y de los servicios de inteligencia de Canadá.

La verdad es que el propio jefe de Seguridad Interna de la embajada yanqui, le confesó en el 2017 al homólogo cubano encargado de la protección del cuerpo diplomático en La Habana, que él desconocía del suceso. Para mayor asombro, al día siguiente encabezaba la lista de los que eran regresados a Estados Unidos por estar “afectados”.

En la crónica se menciona la versión de un médico de la CIA, pero no se explica ¿qué hacía en La Habana un médico de la CIA, con fachada de diplomático alojado en el hotel Capri?, donde aseguró haberse enfermado por el inventado “ataque sónico”, siendo el único huésped de ese hotel que sintió los “síntomas extraños”.

Al no poder demostrar su supuesta enfermedad se quedó fuera del reparto de dinero y de ahí su disgusto.

La realidad es que, tanto estadounidenses como canadienses, disfrutaron de las playas, restaurantes y bares de Cuba hasta el día antes de marcharse y ninguno mostró el menor síntoma de enfermedad, situación que confirmaron todos los que tuvieron relaciones con ellos.

La verdad la expone la periodista cubana Nora Gámez en el mismo título de su extenso artículo: “Puñal en la espalda”: Víctimas del síndrome de La Habana rechazan reporte que desestima sus casos”, porque los inconformes, aceptaron ser parte del elenco que interpretó la obra de teatro, escrita solo para justificar la posible ruptura de relaciones diplomáticas y ahora se quedaron sin recibir un solo dólar como pago.

Se dejaron utilizar para hacerle el juego a la política de Donald Trump y la mafia terrorista anticubana, que desmontó rápidamente la directiva aprobada por Barack Obama y ahí tienen el premio que los ha hecho comprender, aunque tarde, que solo fueron peones en ese complicado tablero que es la política yanqui contra la Revolución cubana.

El muy bien calificado por la periodista como “Paciente Cero”, en realidad se quedó con Cero Dólares, por dejarse manipular por quienes abandonan a los que le sirven como siervos.

La CIA emitió esos resultados por considerarlo una cuestión de Seguridad Nacional, ante la imperiosa necesidad de reabrir su Estación en La Habana, para trabajar desde adentro sus planes subversivos, para intentar derrumbar a la Revolución con su destacamento de oficiales, pues en el mencionado artículo se afirma: “La Estación fue cerrada en septiembre de 2017, según una revisión interna desclasificada realizada por el Departamento de Estado en 2018, obtenida por el Archivo de Seguridad Nacional”.

Ese es el objetivo prioritario y para lograrlo la CIA le pasará por encima a todo lo que sea un obstáculo.

Triste lección para los que perdieron tiempo y valores éticos al aceptar las órdenes de la CIA, incluido el propio gobierno canadiense.

Exacto José Martí al afirmar:

“Las cosas hay que verlas en sus causas y objeto, no en la superficie”.

Cuando no pueden vencer asesinan. Por Arthur González.

Quien revise la historia podrá comprobar que los yanquis emplean el asesinato como método, cuando no pueden vencer a quienes no se dejan doblegar. Los ejemplos son muchos y Cuba acumula una buena parte de ellos, porque ante la impotencia de no poder impedir el triunfo de la Revolución de 1959, a Fidel Castro le organizaron más de trescientos planes para asesinarlo, según consta en documentos secretos y declaraciones de sus implicados.

Un amplio memorando para el director de la CIA, fechado el 11 de diciembre de 1959, firmado por J.C. King, jefe de la División del hemisferio occidental de la CIA, donde analiza la situación cubana en los primeros 11 meses, propone un grupo de acciones para alcanzar el objetivo deseado de Estados Unidos:

“El derrocamiento de Castro en el término de un año y su reemplazo por una Junta que sea del agrado de los Estados Unidos, la cual convocará a elecciones seis meses después de su llegada al poder”.

La última proposición plantea sin el menor respeto a los derechos humanos:

“Se le debe dar una cuidadosa atención a la eliminación de Fidel Castro. Ninguno de los que se hallan cercanos a Fidel, como por ejemplo su hermano Raúl y su compañero Che Guevara, tienen el mismo carisma sobre las masas. Muchas personas bien informadas consideran que la desaparición de Fidel aceleraría grandemente la caída del gobierno actual”.

El 23 de marzo de 1967, el director de la CIA, Richard Helms, solicitó al Inspector General, J. S. Earman, la confección de uninforme sobre conspiraciones para cometer el asesinato de Fidel Castro, a partir de una orden del presidente Lyndon B. Johnson, después de aparecer el 7 de marzo en The Washington Post, un artículo sobre ese tema escrito por Jack Nicholson, en la columna del periodista Drew Pearson, donde denunciabaun plan reportado de la CIA en 1963, para asesinar a Fidel Castro de Cuba.

Ese voluminoso informe del Inspector General de 1967 sobre los planes de la CIA para asesinar a Fidel Castro, fue considerado como el documento más importante realizado por la CIA, desclasificado en 1994, donde se exponen las relaciones de la CIA con la mafia italo-norteamericana para ejecutar alguno de esos planes, con la promesa de permitirle volver a ser dueños de los casinos de juego, la prostitución y las drogas en Cuba.

En 1975 se creó en el Congreso de Estados Unidos el Comité Selecto, para estudiar las Operaciones Gubernamentales respecto a las Actividades de Inteligencia (Comité Church), bajo el título: “Conspiraciones para cometer asesinatos que implican a líderes extranjeros”.

El Comité Church puso al descubierto el papel de la CIA en los planes para asesinar a Fidel Castro y la prensa lo divulgó la historia de las conspiraciones de la CIA con la mafia para cometer asesinatos, algo que no pudieron negar, evidencias de que cuando Estados Unidos no puede lograr el objetivo de doblegar a los dirigentes de otros países o líderes internos, el asesinato es la mejor solución. Martin Luther King fue uno de ellos.

Igualmente, el magnicidio de John F. Kennedy, vincula a la CIA, la mafia y a miembros de la comunidad cubana, de ahí la oposición a desclasificar todo el material disponible de la investigación.

Documentos secretos también exponen la participación de Clare Timberlake, embajador yanqui en el Congo Belga, en el asesinato de Patricio Lumumba, dirigente de esa nación africana.

El golpe militar en Chile contra Salvador Allende, tantas veces negado, finalmente fue reconocido que se fraguó en el cuartel general de la CIA, con apoyo del Departamento de Estado.

Realmente son múltiples los ejemplos y el más reciente intento de asesinato ocurrió la noche del 3 de mayo 2023 en Moscú, cuando dos drones lanzados por Ucrania impactaron contra las instalaciones del Kremlin, lugar donde se encuentra la residencia oficial del presidente Vladimir Putin. La participación de Estados Unidos es evidente, por ser el país que dirige la guerra contra Rusia y abastece de armamento a Kiev.

Por supuesto que resulta usual la negación de la CIA, bajo el viejo principio establecido en la Carta de la Agencia para todas sus operaciones, de la negación plausible.

Ucrania dispone de drones propios (UJ-22 de Ukrjet) que pueden alcanzar blancos a 800 kilómetros de distancia y entre la frontera ucraniana al Kremlin hay aproximadamente 450 kilómetros en línea recta.

El pasado mes de febrero un dron UJ-22, cayó a 10 kilómetros al sur de Moscú y a principios del 2023 la empresa estatal ucraniana Ukroboronprom, informó la producción del primer modelo de un dron con un alcance de mil kilómetros.

Ante tantas evidencias y antecedentes históricos, rápidamente Kiev y Washington, niegan cualquier implicación en el intento de asesinar al líder ruso y despliegan su arsenal mediático siempre listo a modificar la verdad, algo que durante años hicieron con los planes para asesinar a Fidel Castro, sin el menor ápice de humanidad.

No se equivocó José Martí cuando afirmó:

“Viví en el monstruo y le conozco las entrañas”.

Bahía de Cochinos el gran fracaso de la CIA. Por Arthur González.

La invasión mercenaria del 17 de abril de 1961 por Bahía de Cochinos, organizada y financiada por la CIA con la ilusión de derrocar a la Revolución cubana, se convirtió a solo 66 horas del desembarco en su gran fracaso, derrota que pasados 62 años mantiene abierta la herida en el ego del gobierno yanqui y sus lacayos de Miami, razón por la que su odio hacia el verdadero vencedor, el pueblo cubano, no disminuye.

Desde el mismo año 1959, esa Agencia de Inteligencia inició sus planes para subvertir el orden interno en Cuba, incluido el asesinato de su líder Fidel Castro Ruz, expuesto en informe confeccionado desde su Estación en La Habana en el mes de diciembre y enviado a su director general, Allen Dulles.      

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Desprestigiar la Revolución cubana, viejo objetivo yanqui. Por Arthur González.

Estados Unidos, frustrado al no poder impedir el triunfo de la Revolución cubana, en el año 1959 conformó su estrategia para demonizarla, para lo cual no hay límites en el dinero gastado con tal de que el mundo se crea sus mentiras.

El diseño aprobado por el presidente Dwight Eisenhower y mantenido hasta la actualidad, se basa en el concepto de Joseph Goebbels, ministro de comunicaciones de Adolfo Hitler, que plantea: 

“La verdad no es medida por su coincidencia o fidelidad a los hechos que describe o nombra, sino por su efecto emocional y por la cantidad de veces que es repetida”.

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Cae otra mentira. Por Arthur González.

Desde 1959 el régimen de Estados Unidos no ha dejado un solo día de fabricar noticias falsas contra la Revolución cubana, como parte de su guerra psicológica para ganar la mente de las personas. Es su viejo método cuando quieren demonizar a quienes no se arrodillan ante el amo imperial.

Con el plan de acciones encubiertas de la CIA, aprobado por el presidente Dwight Eisenhower el 17 de marzo de 1960, se inician formalmente las medidas de subversión para “provocar la sustitución del régimen de Castro por uno que sea más aceptable para Estados Unidos”.

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EEUU financia a ‘periodistas independientes’ en Cuba para difundir propaganda, admite exespía de la CIA. PorBenjamín Norton

El exanalista de la CIA Fulton Armstrong admitió que, en Cuba, “muchos de los llamados periodistas independientes son financiados indirectamente por Estados Unidos”. Difunden desinformación antigubernamental con el apoyo de la NED.

Cuba Habana bandera Che ministerio

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Un antiguo espía de la CIA admitió que Estados Unidos financia a propagandistas antigubernamentales en Cuba que se presentan como “periodistas independientes”.

El periódico británico The Guardian habló con un exfuncionario de la CIA, Fulton Armstrong, a quien describió como “el analista más importante de la comunidad de inteligencia estadounidense para América Latina entre 2000 y 2004”.

Armstrong afirmó que, en Cuba, “muchos de los llamados periodistas independientes son ​​financiados indirectamente por Estados Unidos”.

El veterano de la CIA señaló que, hoy, la administración de Joe Biden financia a los grupos de oposición de derecha en Cuba con al menos $20 millones en apoyo anual, para supuestas actividades de “promoción de la democracia”.

The Guardian reconoció que la CIA tiene un historial de difundir desinformación dentro de Cuba, como parte de una guerra de la información estadounidense destinada a desestabilizar al gobierno revolucionario. El periódico escribió:

El financiamiento de los medios ha sido durante mucho tiempo parte del conjunto de herramientas diplomáticas de Washington.

En los años 1960 en Cuba, Radio Swan, un programa de acción encubierta de la CIA, intentó no solo una ofensiva propagandística para socavar el apoyo a Fidel Castro, sino que se duplicó como enlace de comunicación, enviando mensajes codificados a los paramilitares durante la fallida invasión de bahía de Cochinos en 1961.

Hace una década se supo que el gobierno de EEUU había pagado a contratistas para crear ZunZuneo, una red social basada en texto, para organizar “turbas inteligentes” en la isla. Y durante las protestas antigubernamentales históricas y en gran parte espontáneas en la isla en 2021, los bots dirigidos y financiados externamente hicieron que los hashtags antigubernamentales fueran tendencia en Twitter.

Hoy en día, Washington también financia a otro destacado medio de desinformación anticubano en español, llamado Radio y Televisión Martí. Es parte de la rama de propaganda del gobierno, la Agencia de Estados Unidos para los Medios Globales (US Agency for Global Media en inglés), anteriormente conocida como la Junta de Gobernadores de Radiodifusión (Broadcasting Board of Governors).

Armstrong, el exagente de la CIA, explicó a The Guardian la estrategia de desestabilización de EEUU, y por qué financia a los medios de comunicación de la oposición en países extranjeros como Cuba:

Los programas estadounidenses están diseñados con una estrategia ganar-ganar. Ganamos si los medios de oposición se afianzan, y ganamos si provocan la represión gubernamental.

Eso empuja al gobierno a un dilema: dejar que la organización y el financiamiento avancen o arriesgar la imagen y la credibilidad aplastándolos.

Además de espiar para la CIA, Armstrong trabajó con el Departamento de Estado en la Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba (una oficina diplomática ubicada dentro de la embajada de Suiza en La Habana).

Armstrong se desempeñó como el “Oficial de Inteligencia Nacional para América Latina” de EEUU, el principal analista de la comunidad de inteligencia centrado en la región. También supervisó los asuntos latinoamericanos para el Comité de Relaciones Exteriores del Senado.

The Guardian, que está estrechamente vinculado con los servicios de inteligencia de Reino Unido, atacó al gobierno cubano por tomar medidas contra los agentes de desinformación financiados con fondos extranjeros.

El periódico británico se regodeó en las grandes fuentes de ingresos que tienen los medios de comunicación antigubernamentales en Cuba, y escribió: “Los diminutos salarios estatales tampoco han podido competir con el sector privado”.

Si bien The Guardian elogió a dos medios de comunicación de la oposición cubana de derecha, llamados El Toque y El Estornudo, admitió que ambos están financiados por el gobierno de Estados Unidos.

El Toque reveló a The Guardian que “ha recibido fondos federales estadounidenses ‘indirectamente’ como parte de una mezcla de dinero de corporaciones y fundaciones”.

El Estornudo está financiado por la Fundación Nacional para la Democracia (National Endowment for Democracy, o NED en inglés), un notorio instrumento de las operaciones de cambio de régimen de EEUU, que se ha entrometido en la política interna de países de todo el mundo.

Un cofundador de la NED, Allen Weinstein, le dijo al Washington Post en 1991: “Mucho de lo que hacemos hoy lo hacía la CIA de manera encubierta hace 25 años”.

La NED informó que entregó a El Estornudo $180.000 dólares en 2021 – una enorme suma de dinero en cualquier país latinoamericano, pero especialmente en Cuba, que tiene problemas para acceder a dólares debido al bloqueo ilegal de seis décadas de Washington.

NED el estornudo Cuba financiamiento

LA NED de EEUU revela que financió al medio opositor cubano El Estornudo con $180.000 en 2021

En un informe de 1977 titulado “Red mundial de propaganda construida por la CIA”, el New York Times admitió que la CIA había establecido un medio de comunicación a principios de los años 1960 llamado Radio Cuba Libre, cuyas “transmisiones de propaganda contra el Gobierno del Primer Ministro Fidel Castro eran transmitidas por estaciones de radio” en varias ciudades dentro de EEUU y en el Caribe.

El periódico explicó:

Un motivo para establecer la red de radio Cuba Libre, recordó un exfuncionario de la CIA, fue tener períodos de tiempo de aire disponibles con anticipación en caso de que Radio Swan, destinada a ser el principal enlace de comunicaciones para la invasión de bahía de Cochinos, fuera destruida por saboteadores

La cobertura de Radio Swan era lo suficientemente delgada como para justificar tal preocupación. La poderosa estación, cuyas transmisiones se podían escuchar en gran parte del hemisferio occidental, era operada por una compañía naviera de Nueva York que no había tenido un barco de vapor durante algún tiempo.

EEUU financia la propaganda mediática opositora en Venezuela y Nicaragua

Estados Unidos ha utilizado las mismas tácticas para tratar de desestabilizar a los gobiernos de izquierda en Venezuela y Nicaragua.

La NED ha gastado cientos de millones de dólares en financiar medios de comunicación de oposición de derecha y las llamadas “organizaciones de sociedad civil” en Venezuela.

Muchos de estos grupos han sido cómplices de la violencia y han participado en intentos de golpe de estado contra los presidentes democráticamente electos Hugo Chávez y Nicolás Maduro.

En Nicaragua, en la década de 1980, la CIA apoyó a los escuadrones de la muerte de extrema derecha conocidos como la Contra (los autoproclamados “Contrarrevolucionarios”), que incendiaron escuelas y hospitales y emprendieron una campaña de terror para tratar de derrocar al gobierno sandinista socialista.

Una parte clave de la guerra híbrida de Estados Unidos contra Nicaragua en los años 1980, y aún hoy, incluyó la difusión de desinformación a través de periódicos financiados por la NED como La Prensa – propiedad de la familia oligarca de derecha más poderosa de la nación centroamericana, los Chamorro.

Después de que el Frente Sandinista regresó al poder en 2007, a través de elecciones democráticas, EEUU nuevamente comenzó a invertir millones de dólares en los medios de comunicación de la oposición en Nicaragua.

Durante un sangriento intento de golpe de estado en 2018, los medios de comunicación de la oposición nicaragüense, con el financiamiento de Estados Unidos, difundieron propaganda extrema y noticias falsas, incitando abiertamente a la violencia y alentando a la gente a asesinar al presidente Daniel Ortega y colgar su cuerpo en público.

Obispos Católicos de Cuba pretenden influir negativamente en la votación del referendo sobre el nuevo Código de las Familia.

Por Arthur González.

En su más reciente mensaje, los Obispos Católicos de Cuba emiten criterios para que los cubanos y cubanas no voten a favor del nuevo Código de las Familias, siguiendo la misma línea de los que desde Estados Unidos se desgastan en su propaganda anticubana, con la ilusión de que dicho referendo se convierta en medidor del apoyo al gobierno revolucionario.

Esa posición es habitual en el clero cubano que participó activamente en la operación de subversión política Peter Pan, organizada por la CIA en 1960, bajo el falso argumento que el estado les quitaría a los padres el derecho a la patria potestad de sus hijos. Por esa razón sacaron sin acompañamiento filial, a 14,038 niños y niñas de Cuba.

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El lado triste de la mentira. Por Arthur González.

“El ignorante afirma, mientras el sabio duda y reflexiona”, así afirmaba Aristóteles, filósofo y matemático griego, ante las mentiras que algunos decían para influir en el criterio de la sociedad.

Con esa misma intención, en el año 2016 el Departamento de Estado, con el visto bueno de la Casa Blanca, lanzó la falsa tesis de que varios de sus diplomáticos acreditados en la embajada de La Habana, habían sido “víctimas de supuestos ataques sónicos” que afectaron su salud.

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