Han transcurrido 64 años del triunfo de la Revolución cubana, que Estados Unidos no pudo impedir, y el odio que sienten no se acaba, se multiplica cada vez más, con el marcado deseo de derrocar el proceso socialista, algo que no han podido lograr.
El asunto no se inició a partir de la nacionalización y confiscación de las propiedades de empresas estadounidenses, como quieren hacer ver desde Washington para justificar su criminal guerra económica, comercial y financiera, la más larga en la historia humana.
“Es una injusticia lo que ha pasado con Cuba”, declaró el recién electo presidente de Colombia, Gustavo Petro, cuando se le preguntó sobre la designación de Cuba como patrocinador del terrorismo internacional durante una conferencia de prensa con el secretario de Estado, Antony Blinken, en octubre pasado. “Es necesario corregirlo”, agregó. Blinken indicó que la designación sería revisada: “Tenemos leyes claras, criterios claros, requisitos claros, y continuaremos revisándolos según sea necesario para ver si Cuba continúa mereciendo esa designación”.
Cuban television aired this Saturday night the movie Victor Frankenstein, one of the many film and television versions of the novel by British writer Mary Shelley. The story of the man who, by putting together parts of corpses, creates a new being that ends up being a monstrosity rebelling against its creator does not cease to motivate film and television producers, and its “moral”, perhaps without being something intended by its literary author, does not cease to become a reality in contemporary politics.
The most recent of the possible political associations of the Frankensteinian story may come from what happened this week in the mid-term elections in the American state of Florida, where the Republican Party obtained a resounding victory.
Whether intended or not, what is certain is that what happened this November 8 in South Florida once again brings to the fore the old maxim that those who artificially feed a monster end up damaging its creation.
La feroz política de agresión económica del gobierno de Donald Trump contra Cuba, mantenida, por cierto, casi intacta por Joe Biden hasta la fecha es el centro de este artículo. Pero antes de entrar en esa materia invito al lector a compartir algunas consideraciones sobre la historia de la guerra económica de Estados Unidos(EU) contra la isla.
El alto funcionario de la Casa Blanca dijo que el país suramericano es «la pieza maestra» para el desarrollo de la región y que la relación entre Bogotá y Washington es un «modelo para el mundo».
Tres días después de la posesión de Gustavo Petro, el asesor de la Casa Blanca para el Hemisferio Occidental, Juan González, aseveró en un congreso empresarial realizado en Colombia que cuatro décadas atrás, EE.UU. habría «hecho todo lo posible» para evitar su elección o sabotear su Gobierno.
«Hace 40 años, EE.UU. hubiera hecho todo lo posible para prevenir la elección de Gustavo Petro y, ya en el poder, hubiera hecho casi todo lo posible para sabotear su Gobierno», dijo González, quien participó por vía remota en el 7° Congreso Empresarial Colombiano, organizado por la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia y celebrado en la ciudad portuaria de Cartagena de Indias (Bolívar).
Al inicio del foro ‘Desafíos cruciales para el futuro de Colombia’, el alto funcionario que trabaja en la Casa Blanca desde 2011 sostuvo que el impedimento de que un presidente de izquierda gobernara en la región correspondía a «las políticas de la Guerra Fría».
«Esas son las políticas de la Guerra Fría, que hasta cierto punto hoy en día para unos son una justificación de unas perspectivas revisionistas que caracterizan la política de EE.UU. dentro de un contexto de la manifestación local de un imperio», agregó.
A pesar de que varios gobiernos de la región como Venezuela y Cuba han denunciado reiteradamente la injerencia estadounidense en los asuntos políticos internos con fines desestabilizadores, González aseguró que la realidad actual es distinta.
«No importa la ideología o donde esté en el espectro político un Gobierno. Si es elegido y gobierna democráticamente, vamos a buscar áreas de interés común y las vamos a avanzar, también vamos a comunicar más nuestras preocupaciones», dijo.
La cooperación de Pekín y Moscú «va en contra de nuestros valores e intereses», destacó la Alianza.
Los países miembros de la OTAN aprobaron este miércoles su nueva estrategia, en la que afirmaron que China «desafía sus intereses, seguridad y valores», y calificaron a Rusia de «la amenaza más significativa y directa».