
En estos días se está llevando a cabo la IX Cumbre de las Américas en Los Ángeles, California, en medio de la polémica por las exclusiones de Cuba, Nicaragua y Venezuela, así como de las ausencias de los presidentes de Bolivia y México y la presidenta de Honduras.
Después de la pandemia, retomar los encuentros internacionales se ha vuelto una prioridad para muchos países, sobre todo si consideramos el interés de replantear la globalización que había de las cadenas productivas y de suministro para impulsar más los mercados regionales. Aunado a esto, el conflicto entre Rusia y Ucrania, con la consiguiente inflación en el sector energético y alimentario, puso de relieve la importancia geopolítica de las alianzas regionales.