
Algunos analistas de las manifestaciones del 11 de Julio del año pasado, curiosamente callan el contexto de las mismas. Al margen de los hechos vandálicos, cuyo empeño en minimizar es estridente, ese día habían más de 32000 casos activos de COVID-19 ¿Se puede hablar de manifestaciones pacíficas cuando estas violentaba las medidas de control epidemiológico y ponían en peligro la vida de decenas de miles de personas? Donde está lo pacífico en instigar y participar en acciones de aglomeración de personas que potencian el contagio, incluyendo niños y ancianos? ¿Acaso ese no es un agravante evidente en los delitos cometidos ese día?