El costo de defender públicamente la Revolución cubana, para un artista español, puede ser muy alto (1). El actor Willy Toledo estuvo diez años sin ser contratado en cine y televisión por no retractarse de sus declaraciones sobre Cuba (2).
El ostracismo laboral, la persecución judicial y el linchamiento mediático sufridos por el actor impusieron la autocensura en muchas otras personas del sector del espectáculo.