
El mundo conoce la fuerza devastadora del huracán Ian, que afectó a Cuba y a la Florida, dejando a su paso destrucción y pérdidas de viviendas, hospitales, escuelas, centros de trabajo, la agricultura, el soporte de transmisión de la electricidad, la telefonía y vidas humanas, que en Cuba solo fueron tres, y en la Florida cerca de 80.