
El Nuevo Herald ha publicado ayer una versión política de la posible causa del incendio en Matanzas y la ausencia de un equipo norteamericano en el terreno, citando a un jefe de comando de bomberos del sur de la Florida.
Abel Fernández, el supuesto «experto» niega enfáticamente que el siniestro fuera a causa de un rayo, pero parece no haberse enterado de dos datos fundamentales: que el viernes 5 de agosto se produjeron sucesivas tormentas eléctricas en la ciudad de los puentes o que en la Zona Industrial existían múltiples pararrayos. Su objetivo parece ser instalar un argumento político, definitivamente incompatible con el criterio de un experto en incendios.
Entrevistado por una columnista de línea abiertamente anticubana, el tal bombero Fernández sugiere que el fuego en los tanques de combustible fue provocado por un sabotaje de opositores y que Cuba no quiso recibir a un equipo norteamericano porque ellos «verían la verdad».
Para facilitar el disparate, la periodista se pregunta por qué Cuba no aprovecharía esa causa para hacer la denuncia y es entonces cuando aparece la respuesta política del bombero: «No quieren revelar al público que esto pudo haber sido un sabotaje intencional por parte de personas cansadas del estado comunista fallido en el que viven”, dice a la columnista del Herald. Sus palabras se parecen demasiado a lo que dicen constantemente los funcionarios norteamericanos.
El bombero y la entrevistadora ignoran completamente los numerosos twits de Carlos Fernández de Cossío y Johanna Tablada, director y subdirectora respectivamente de América del Norte en la cancillería cubana, quienes dieron cuenta en su momento del intercambio con las autoridades norteamericanas y la ausente voluntad real de aquellos de ayudar a Cuba. Quizás tampoco vieron las decenas de memes que provocó la impresentable posición de la administración Biden con respecto al fuego en Matanzas. O sí y esta nota no es más que otro intento por acallar las críticas que se le han hecho.
Así lo recordó Reiner Duardo al analizar la nota del Herald, que parece hecha para apagar el fuego de las reacciones al error político – otro más- de la administración Biden, incapaz de responder racional y humanitariamente a la solicitud que desde las primeras horas hizo Cuba y que recibió la respuesta inmediata, sin más trámite, de los amigos de Venezuela, México o Rusia, mientras el gobierno norteamericano, de forma burocrática y cínica, se limitaba a un intercambio de mensajes y sugerencias técnicas vía telefónica, lo que derivó en la citada lluvia de memes.
Impensable una ayuda a Cuba por parte de la administración demócrata, cuya real política se vio expuesta en un post en Facebook del decepcionado Dr. Julio V Ruiz, emigrado cubano de los que se opone al bloqueo, quien le escribió a Biden sobre la necesidad de entender el momento que pasaba su país de origen e instándolo a levantar las sanciones, a lo que el actual ocupante de la Casa Blanca respondió con una carta donde ratifica el objetivo de «cambio de régimen», es decir, de poner fin a la Revolución como línea política principal de su administración.
Pero si aún quedaran dudas, hace unos días Rafael Hernández, director de la revista Temas, publicaba el punto de vista realmente «experto en Estados Unidos» de un ex alto oficial CIA durante el periodo de Bill Clinton quien se declara preocupado por el retroceso de su país en política exterior. Olvídense de la era Obama. No solo se acabó la estrategia de la zanahoria. Ha vuelto el garrote con pinchos en la punta y no sólo por maldad. Básicamente por mediocridad e ignorancia. Algo que este experto reconoce con vergüenza.
Lo otro es el macartismo y el estímulo a la persecución a quienes intentan propiciar un acercamiento entre Cuba y Estados Unidos. Ahora mismo se levanta una campaña brutal que encabeza el senador Marco Rubio contra Carlos Lazo y sus Puentes de Amor.
Las declaraciones del senador sobre la obra humanitaria de Lazo reviven la campaña que llevó a los Cinco a las injustas y largas condenas que les impusieron, el juicio contaminado de prejuicios y hasta los cargos contra ellos.
Todo lo que analizamos hoy converge en un punto: la administración Biden, como la de Trump antes, también apuesta a la implosión del país por vía de las medidas de reforzamiento del bloqueo y las fuerzas de derecha, las más reaccionarias de ese país, cuyo líder sigue siendo Trump, están a la ofensiva en su peor versión.
El que lo dude que oiga a Ted Cruz expresarse contra el nuevo gobierno de Colombia. Según ese otro senador de ultra derecha, son antiestadounidenses todos los que apuesten por la izquierda en América Latina.
Aquí en La Habana acaba de realizarse una reunión importantísima para la paz en la región. El nuevo canciller de Colombia ha dicho con todas las letras y repetido que es un insulto acusar a Cuba de país que auspicia el terrorismo cuando ha hecho tanto contra el terrorismo. Pero no sale del norte más que la voz ofensiva, desclasificadora e insultante de este ex candidato acusando al nuevo gobierno.
Hay mucho por chapear aún.