
Con el corazón apretado todavía por los sucesos del viernes 6 de mayo en el hotel Saratoga, seleccionamos un par de audios de Alex Otaola, totalmente contrarios a los sentimientos que despertó la tragedia en el pueblo cubano. Solo para testificar que ni el dolor se salva del odio.
En dos fragmentos de esos audios que retransmitió el Guerrero cubano por su nuevo canal en YouTube, el odiador de origen cubano dice y se contradice al tratar de interpretar los hechos en su habitual estilo. Lo mismo asegura que desde el día anterior se esperaba la explosión, que más adelante afirma que no hubo reacción oportuna ni medidas de seguridad en la zona y que no había ni bomberos ni ambulancias para socorrer a las víctimas.
Luego de comentar lo que él personalmente vio y vivió, pasados los primeros 45 minutos, en las proximidades del Saratoga, Reinier Duardo ofreció detalles de la rápida reacción del cuerpo de bomberos, ambulancias y particularmente del pueblo, es decir, de las personas que estaban en las inmediaciones del hotel al ocurrir la explosión y que se dispusieron, sin una duda, a socorrer a las víctimas.
Las autoridades locales y del Gobierno central, encabezadas por Díaz-Canel, estaban ya en el lugar cuando llegamos los periodistas. Todos demoraron en llegar lo que demoraron en saberlo y moverse hasta Prado y Dragones, en algunos casos viniendo desde el otro extremo de la ciudad.
Indigna mucho, pero no sobra saber qué dicen los odiadores en circunstancias tan terribles, porque muestran su desprecio profundo por el dolor del pueblo. Son los mismos que cuando aún no se conocía la causa, comenzaron a diseminar en las redes la idea de que había sido un atentado con bomba a modo de protesta.
Un tercer audio, donde Otaola llama a sus seguidores a boicotear el turismo y no viajar a Cuba, prueba que el propósito final es atacar la principal fuente de ingresos del país. Lo demás no importa. Ni siquiera el dolor que en numerosas familias y en todo el pueblo provoca una tragedia de esas dimensiones.
Y aunque tratan de denigrar a los héroes de estos días: bomberos, ambulancieros y voluntarios, hay suficientes testimonios de la rápida respuesta de los rescatistas, como lo prueba una grabación de las comunicaciones entre el primer equipo de bomberos que llegó al lugar y su jefatura. Después de informar sobre la magnitud del siniestro, el jefe del grupo confirma su decisión de evacuar a los niños de la escuela aledaña.
La falta de seriedad y de respeto a sus propias audiencias de la que hacen gala los odiadores, aflora en la absurda pregunta de Otaola sobre por qué extraen el camión pipa de gas, antes de escombrear totalmente el lugar. ¿En serio?
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Cambiando de tema, y aunque este espacio está dedicado a exponer mentiras y manipulaciones, comentamos finalmente un acontecimiento histórico de las últimas horas: la visita, breve pero intensa, de Andrés Manuel López Obrador a Cuba y sus comentarios sobre su colega cubano Miguel Díaz-Canel tras su regreso a México.
Con honestidad y valor a prueba de presiones, los pronunciamientos de AMLO van contra una despiadada guerra mediática, intensa y sostenida en el tiempo, que tiene como uno de sus principales objetivos el llamado «asesinato de reputación» contra el presidente cubano.
Realmente histórica la visita, pero absolutamente coherente con una historia de 100 años de relaciones. AMLO expresa esa historia. Por eso se realizó la visita, incluso en medio del duelo que todavía nos dura.
De las repercusiones de esta visita en ambas naciones y a nivel regional, seguiremos Chapeando el jueves.