
PROFESORA UNIVERSITARIA EXPLOTA Y HABLA DE LA REALIDAD DE LAS NIÑAS Y LOS NIÑOS DE #CUBA.
María del Carmen Hernández Carús, profesora de la Universidad Central «Marta Abreu» de Villa Clara en Cuba, escribió una contundente respuesta ante una publicación que describía a un pionero cubano preguntándole a unos turistas qué cosa eran Los Cayos de Cuba a modo de burla por su inocencia y aparente situación.
Su post titulado «¿Tristeza? Averigua bien» critica a quienes utilizan a las niñas y los niños cubanos para difamar de la Revolución que ha fundado la Mayor de las Antillas, y comparte su experiencia personal como una manera legítima de la verdad que expone.
Ante la supuesta pregunta del niño de la publicación se cuestiona: «¿Hasta dónde llega la perfidia cuando se pone en la boca de un niño una frase como esa para defender una idea o más bien para desprestigiar?» y al finalizar describe cómo era la Cuba de su madre y los callos con doble «ll» que conoció.
La Página de Mauro Torres reproduce íntegramente el escrito como respeto al criterio de su autora.
¿TRISTEZA?, AVERIGUA BIEN.
Hace unos años trabajé en un país de África por un largo periodo.Un día de tantos que salí temprano de casa (6.30 a.m.) porque tenía clases en el primer turno de la mañana en la universidad, mientras esperaba en la parada de la guagua (chapa le llamaban) sentí unas voces, casi imperceptibles…mãe, mãe…
Buscaba por todos lados y no veía a nadie, agucé mi oído hasta que encontré de donde salían, miré entonces hacia arriba.En el techo de la parada, 4 cabecitas se asomaban y cuando vieron que los atendía dos de ellos dijeron con sus manitos extendidas … mãe, mãe para pão… Esos niños durmieron toda la noche allí, los cubrían las ramas del árbol que sobrepasaba el techo de la parada, me estaban pidiendo dinero para comerse un pan. Les dije que bajaran, les di unas monedas y salieron corriendo para una panadería que quedaba muy cerca, donde había todo tipo de delicias de pan y que por supuesto ellos no podían comprar …muito obrigado mãe… sonreían tímidamente.
Pensé en mis nietos y como tantas veces me dije…esto para mis nietos NO…Esas historias, tan reales, tan cotidianas en países donde el capitalismo tiene la cara muy fea son tristes y tengo decenas en mis recuerdos.
Pero mis coterráneos, los que se creen que somos el ombligo del mundo, que no saben cómo decía mi madre…de la misa la mitad…piensan que el capitalismo en Cuba tendrá mejor cara que esa que les conté.
Hace unos días vi una publicación de alguien sin entrañas que dibujaba un pionero cubano preguntándole a unos turistas que cosa eran Los Cayos y todos sus admiradores repetían en los comentarios…Qué triste… Que los niños de Cuba no puedan ir a Los cayos… Y de ahí para allá cualquier cantidad de sandeces referidas a esta» dictadura feroz» que nos mata y que les impide a nuestros niños ser felices.
He visto a mis nietos bañarse en una piscina linda de un hotel, en una playa, en una palangana con agua o echándose agua con una manguera, la cara de felicidad es la misma.Hermano mío la belleza de Los cayos de Cuba es innegable, el disfrute cuando se está allí es enorme, pero eso lo vemos nosotros, los mayores, los que ya perdimos la inocencia. ¿Hasta donde llega la perfidia cuando se pone en la boca de un niño una frase como esa para defender una idea o más bien para desprestigiar? Hermano mío ¿de verdad usted cree que los niños de Cuba son los más tristes del mundo?
Salga de la burbuja mi hermano, busque, lea, camine, mire a su alrededor, sin fanatismo, en el mundo en que vivimos más de 600 millones de niños viven en extrema pobreza, más de 250 millones menores de 14 años tienen que trabajar largas jornadas, más de 130 millones no saben ni leer, millones duermen en las calles, se prostituyen, en fin, la lista de oprobios es larga.Si usted quiere hablar de tristezas hay muchísima tela por donde cortar, defienda sus ideas sin convertirse en una mala persona.
Si mis nietos, los que están en edad de ser pioneros me preguntaran lo que son los cayos de Cuba, yo podría explicarles sin temor ninguno donde están, que se hace en ellos y por qué no vamos.Si mis nietos estuvieran durmiendo en las calles o pidiendo limosnas o trabajando, seguramente su abuela andaría por las montañas de Cuba haciendo de nuevo la Revolución.
Posdata. Mi madre que vivió la mayor parte de su vida en el «capitalismo próspero» de Cuba, conoció un hotel de Varadero cuando yo la llevé al Internacional en el año 1981, mientras tenía la edad de ir a la escuela estaba lavando al lado de su madre para ganar unos kilos con que alimentarse ella y sus hermanos, los únicos callos que conoció se escriben con doble ele y se le hicieron en sus tiernas manos de tanto trabajar.