
Derechos inhumanos: El llanto del pobre y la tierra plana de los cara pálidas.
Por Francisco Grass.
Derechos humanos un término de los más usados en tiempos actuales, más en el discurso oral, la oralidad que no trasciende a lo real en la mayoría de los casos. Es curioso, la sociedad civilizada y el hombre moderno bajo las leyes del capitalismo occidental el cual parece encontrar numerosos derechos, sobre todo el derecho a ser pobre, pobres sin dinero, pobres endeudados, pobres con recursos prestados, pobres de pensamiento, pobres adoctrinados en el amor al papel moneda, los productos banales y mercancías que en su mayoría carecen de un valor de uso real.
En el mundo libre vuelan de manera libre, valga la redundancia, los «bellos« capitales golondrina, ahí donde se asientan momentáneamente, ponen el huevo de la crisis, eclosionando prematuramente, nace el pichón del caos, hambriento e insaciable devora los recursos del lugar sumiendo a todos en la extrema pobreza. Así emigran de país en país, en un ciclo de crisis ilusoria interminable.
Conjuntamente con este sistema caótico, nacen también del capitalismo nuevos derechos universales, no son tan nuevos, pero bueno, para los capitalistas si le cambian un muelle a algo es un producto novedoso. En tal sentido, los pobres ahora tienen garantizado una serie de «nuevos» derechos: el derecho al hambre, el derecho al analfabetismo, a la falta de cobertura médica, al odio, a la muerte, a la destrucción de sus hogares, al machismo y la discriminación. Existen muchos más, algunos de los mencionados son derechos históricos que no desaparecen de la cara maltratada del pobre.
Habría que hablar de la niñez, el capitalismo también garantiza los «derechos» de las niñas y los niños en el mundo. Un ejemplo de «derechos humanos» para con las niñas y los niños es el trabajo infantil, ¿para qué estudiar si se puede trabajar desde edades tempranas? El Imperio y su «amor» a la infancia también expande su «bondad» con intervenciones «humanitarias» para que se garanticen derechos civiles, aquí los niños también se «benefician mucho«, es el caso de Vietnam, Irak, Afganistán, Libia, Siria, Yemen. En estos países de cultura milenaria, los niños y niñas tienen el derecho a las bombas, las balas, misiles, tráfico de órganos, etc.
No vamos ni a mencionar el tan promovido derecho a la venta de armas y las drogas. La verdad o realidad que vivimos es para un miembro del KKK, un cuento de Hadas, miren el mundo, la mayoría pobre con el rostro en lágrimas por los abusos y atrocidades de un sistema depredador, injusto y cruel. Si estos son los derechos humanos para el Club Bilderberg o el Consorcio de Iluminatis de Washington debemos plantearnos hasta cuando permitir esta absurdez, ¿por qué seguir viviendo en la tierra plana de los cara pálidas?
La caretona de los caras pálidas, dura como el acero, aguanta todos los escenarios, con las manos manchadas de sangre señalan a Cuba, evocando cínicamente que se respeten los derechos humanos. Claro está, parece que nuestra concepción de derechos humanos no tiene nada que ver con la del Imperio y sus derechos inhumanos. Aquí, en la Cuba socialista se garantiza y está demás decirlo, el derecho a la vida de todos los ciudadanos y en especial de las niñas y los niños, el derecho a la alimentación, el derecho a la educación, el derecho a la salud con cobertura médica universal, el derecho a la identidad, el derecho a la libre expresión, siempre que no se utilice a la sociedad civil para campañas subversivas financiadas desde el exterior, derecho a la protección, a la recreación y el esparcimiento y por su puesto el derecho de tener una familia, este último se amplia en el nuevo código de las familias que se somete a votación en la Asamblea Nacional del Poder Popular de la República de Cuba y que luego será sometido a consulta popular, como un ejercicio de democracia participativa socialista.
Los antes mencionado son solo derechos básicos que el pueblo de Cuba disfruta, sin embargo, negados por el gobierno de los Estados Unidos a sus propios ciudadanos. Basta de señalar con el dedo a países cuando falta la moral, cese el injusto y genocida bloqueo que cae sobre el pueblo de Cuba, una violación como ninguna de los derechos humanos mantenida de forma cruel por más de medio siglo y arreciada en tiempos de la Covid-19.
Vergüenza para los cara pálidas cuando el pueblo mestizo empuña la jeringa y escoge entre candidatos vacunales el más adecuado para su población, sus infantes y niños, jóvenes, adultos y adultos mayores. Hablando de derechos humanos, en Cuba toda la población ha sido vacunada, y ahora se aplica una cuarta dosis de refuerzo, somos el primer país la región con el mayor porcentaje de población total o parcialmente vacunada.
Las siguientes imágenes muestran que desde el 30 de septiembre del 2021 hasta el 7 de diciembre de ese mismo año nos mantenemos en la posición número uno de Latinoamérica. Ya se que no se trata de quien sea el primero o no, pero estos datos hablan del esfuerzo titánico de una pequeña nación insular subdesarrollada y bloqueada por más de medio siglo ante la descarada campaña mediática de desestabilización del imperio en contra de los cubanos y su Revolución.
Cuba es uno de los últimos confines de este mundo injusto donde la palabra compuesta derechos humanos puede ser mencionada y donde esta conserva aún la esencia de su significado. El Imperio no sabe de libertades, ni derechos, son por sobre todo lo atribuible el Cáncer de la Humanidad.









