
Yunior y sus “amistades” terroristas vs los derechos del pueblo cubano.
Después que el gobierno actuando con apego a lo establecido en los artículos 4 y 45 de la Constitución, cuyos textos han sido ampliamente divulgados y analizados, le demostrara el carácter ilícito de su “marcha” y le denegara el permiso para realizarla, Yunior García Aguilera frustrado vuelve a recurrir a la manipulación de los preceptos legales que entiende favorecen su infame intención, a la vez que asume un lenguaje desafiante, insistiendo en concretarla, demostrando que, para nada le importan la Constitución que tanto invoca, ni los derechos del pueblo que dice defender.
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No puede ser pacífico quien se muestra dispuesto a, transgredir lo que establece la Constitución con la malsana intención de forzar un cambio de sistema en Cuba, desconociendo la voluntad de la mayoría que expresó su respaldo al carácter irrevocable del socialismo cuando aprobó la nueva Carta Magna.
Tampoco lo puede ser quien acepta el apoyo y se deja orientar por personajes como Alexander Otaola que, instiga al odio e incita en sus directas a realizar acciones violentas durante la “marcha” y la organización terrorista Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), la cual ha estado dando indicaciones a los principales organizadores de la misma sobre los pasos que deben seguir para lograr alcanzar los resultados que se proponen.
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Yunior García Aguilera siguiendo el guion que le han trazado, ha estado desarrollando varias acciones organizativas y dado orientaciones a sus seguidores para tratar de vestir su “marcha” de «pacífica y patriótica», así les ha indicado que utilicen la obra del apóstol y a los proceres de nuestra independencia para disfrazarse de patriotas, como dijera Villena en su poema, Mensaje lírico civil, “¡Hay patriotismo falso, de relumbrón y pompa!” Al mismo tiempo hipócritamente los llama a evitar manifestaciones de violencia. El verdadero objetivo que persigue es preparar el escenario mediático para culpar a las autoridades de cualquier acto de esa índole que se produzca cuando traten de consumar sus propósitos.
Jamás un patriota pretendería pisotear los derechos de su pueblo, ni un pacifista se vincularía, ni aceptaría la tutela de elementos y organizaciones de carácter violento y terrorista, como lo hace Yunior García Aguilera.
Bien, ¿Qué se entiende por un acto ilícito?
Según la literatura especializada y la Real Academia Española (RAE) un acto ilícito, es un acto contra derecho, no permitido legal, ni moralmente y significa un quebrantamiento de ley. Por lo tanto, un intento de realizar un acto de esa naturaleza en cualquier parte del mundo obligaría a las autoridades a actuar.
¿Qué establece la Constitución cubana sobre el respeto a la legalidad socialista?
Artículo 9. Cumplir estrictamente la legalidad socialista es una obligación de todos. Los órganos del Estado, sus directivos, funcionarios y empleados, además, velan por su respeto en la vida de toda la sociedad y actúan dentro de los límites de sus respectivas competencias.
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Luego entonces, ¿Quién estaría actuando contra derecho y quien apegado a derecho?
Evidentemente, si Yunior y comparsa tratan de realizar por la fuerza su ilícita “marcha”, desconociendo la Constitución, estarían actuando contra derecho. Las autoridades tendrían que proceder, en cumplimiento del mandato de la Carta Magna para evitar que la legalidad socialista sea quebrantada, es decir estarían actuando apegadas a derecho.
Esperemos que su egolatría, falta de principios éticos y de valores patrios no lo lleven junto a sus seguidores a tratar de concretar sus amenazas de violentar la ley. Ojalá recapaciten.
Antes de proseguir y para evitar lloriqueos y manipulaciones, aclaro: el análisis que he realizado es de mi entera responsabilidad, nadie me ha orientado hacerlo, es solo el fruto de la evaluación objetiva del escenario y de las circunstancias que concurren, nada más.
Y en este contexto el “pacífico” personaje dice haber perdido el miedo, mejor debería haber dicho que, perdió la vergüenza y la dignidad.
En realidad, no teme porque sabe que no está enfrentando a una dictadura como el cataloga a un gobierno de pueblo, de ética martiana y carácter humanista que, desde que asumió el poder en 1959 jamás ha torturado, desaparecido o asesinado a ningún ciudadano, cuyas autoridades han tenido como precepto inviolable de su actuación, el respeto a la integridad física y moral de todos los cubanos, sin importar posiciones políticas, credo, raza o cualquier otra categoría social.
Por eso, él que de valiente no tiene nada, fanfarronea y se hace el guapo.
Resulta un absurdo rayano con la estupidez que crean que la Revolución que tanta sangre y sacrificio ha costado, será traicionada por la inmensa mayoría del pueblo cubano que, mal que les pese, está dispuesta a luchar por ella hasta las últimas consecuencias. Quizás su falta de decoro y de patriotismo los hace concebir tan descabellada posibilidad y no dejarlos entender que, existimos cubanos que estamos dispuesto a morir defendiendo lo que nos permite tener patria; la revolución socialista, esa que tanto odian y que tanto les ha dado.
No menos absurdo es que Yunior, pretenda hacernos creer que, nadie lo empuja a actuar de la manera que lo hace, no responder o recibir dinero de agente externo alguno, ni tener vínculos con las instituciones que se dedican a tratar de subvertir el orden interno de Cuba, tampoco con la contrarrevolución de allende los mares o con la del patio, cuando el cumulo abrumador de evidencias y su total coincidencia con lo que hacen y dicen esos y otros declarados enemigos de la revolución cubana en función de tratar de forzar el cambio del socialismo por el capitalismo en Cuba, algo que ha reconocido es también su objetivo, no le permiten mentir sin recurrir al cinismo.
Negando lo innegable solo logra hundirse aún más en el descredito.
Si le fuéramos a creer, entonces resultaría que trabaja de gratis para el gobierno norteamericano y la mafia de Miami, y es miembro honorifico de la contrarrevolución interna. Pobre ególatra no se percata que en cualquier variante califica como un traidor a la patria.
De tanto tratar de lavarse la cara pretendiendo construirse una imagen que genere simpatía y atraiga apoyos, este paradójico personaje termina siendo patético.
Con una paráfrasis de un fragmento del poema de Rubén Martínez Villena, “Mensaje lírico civil” termino diciéndoles a los que desean entregar la patria vestidos de “salvadores” del pueblo cubano, no haremos inútil, en humillante suerte, el esfuerzo y el hambre y la herida y la muerte; garantizaremos que la Republica siga manteniéndose de sí, cumpliendo el sueño de mármol de Martí; salvaguardaremos la tierra, gloriosa de despojos, para mantener a salvo el templo del Amor y la Fe.