
#Cuba y #México: una intensa relación histórica.
Por Tatiana Coll
En los tiempos que corren, la guerra fría ha sido remplazada por una eficiente guerra mediático-cultural, en la cual los neofascistas neoliberales tergiversan los términos ideológicos políticos y presentan la realidad distorsionada y falseada. La avanzada de esta cauda de mediadores en México no tuvo empacho en asociarse con el Vox franquista y está siempre presta a enfilar baterías contra Cuba. Ahora vocifera contra la presencia de Díaz-Canel, presidente de Cuba. El remedio más eficiente contra esta andanada es la memoria histórica, que eslabona 500 años de relaciones.
Las relaciones entre Cuba y México, en una perspectiva histórica, representan no sólo la intensidad construida en todos los terrenos, incluyendo, por supuesto, la más conocida de la inagotable creatividad musical y cultural, sino la complejidad de los jaloneos de la historia accidentada de nuestro continente. El primer contacto, antes incluso de que ambos territorios tuviesen nombre propio: la llegada de los conquistadores españoles y los procesos coloniales impuestos. En México la evangelización y la encomienda minera, en Cuba los esclavos y la plantación azucarera. Los barcos, desde aquella época, fluían de Veracruz hacia La Habana y de allí en flotas a España. Por cierto, de allá llegó el misterioso chile habanero que no crecía en la isla.