
Salvador Allende: ejemplo de perdurable existencia.
Creía Salvador Allende Gossens en la fidelidad de su pueblo cuando con verbo culto y sereno llamaba a la libertad y delineaba el futuro que ansiaba para todos los latinoamericanos por igual.
Amaba su patria como a la vida misma y fue consecuente con su pensamiento y acción. Fusiles, aviones y cañones no reprimieron al coraje en su último aliento, ni debilitaron su empeño de un Chile libre, revolucionario y próspero.
Simple mortal con céfiros de ángel opuesto a la injusticia, a la disipación, que entregó su existencia por una causa justa y donó al mundo su entrega, su constancia y valor.
Solo la muerte con su manto negro eliminó su cuerpo, no así su voz, la que hoy germina enérgica e inequívoca, como lección moral para condenar la felonía, el horror y la perfidia. La misma que llama al combate por la unidad, la justicia y la igualdad de los pueblos.
Ciento veintiún años cumple el hombre digno y leal que amó intensamente a la vida y presumía de una galantería un poco a la antigua. Mil sueños de ese ser humano que tenía infinita fe en Chile y en su destino.
El nombre de Salvador Allende Gossens crece y se agiganta en el tiempo para indicar el camino a seguir. Su memoria austera y firme ilumina las grandes alamedas por donde pasa el hombre libre de América en aras de construir la sociedad mejor que tanto él sonó.
En:Radio Surco