
En el hogar, la madre amanece. Como el revuelo de un ave son sus más tempranos pasos. Junto al olor del café florecen sus pensamientos. «Otro día de batalla», se dice. Y a emprenderlo se dispone
En el hogar, la madre amanece. Como el revuelo de un ave son sus más tempranos pasos. Junto al olor del café florecen sus pensamientos. «Otro día de batalla», se dice. Y a emprenderlo se dispone
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...Oh, la pupila insomne y el párpado cerrado. Rubén Martínez Villena
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