las parrandas, la libertad de cuba y la equivocación de la open society.
Los fenómenos de la cultura popular clasifican como un derecho humano, en tanto son expresiones simbólicas del desarrollo mismo del hombre y le dan un sentido ritual a la vida. Así acontece con las grandes y pequeñas celebraciones, esas que marcan las épocas, los años, el paso ineludible. Las parrandas de Cuba, extendidas por toda la región central, conforman un entramado complejo y profundo, de raíces en lo más autóctono; por ello ostentan la condición de patrimonio nacional y de la humanidad, por la historia de resistencia, de aportes desde la cultura.
Siempre hemos contado con el concurso de esta fiesta para resignificar las crisis y los triunfos, los dolores y las alegrías, desde el ingenio de sus artistas aficionados. No es justo, entonces, que a partir de este saldo positivo, seamos inconscientes y permitamos que, en la actual pandemia, las parrandas devengan en un evento masivo de trasmisión. Sucede que, desde diversos puntos en las redes sociales, se nos presiona para que caigamos en la trampa de manchar el prontuario de unas fiestas que son fuente de salud, belleza, alegría. Seguir leyendo