Aplanar la curva sin cierre total, reto de Guatemala ante la Covid-19
Guatemala, 27 may Aplanar la curva de la Covid-19 sin acudir a un confinamiento prolongado es hoy el principal reto de ciudadanos y Gobierno en Guatemala, donde disciplina y responsabilidad se integran a la disyuntiva global de vida o muerte.
Un toque de queda por 10 y 12 horas antecede al llamado que el presidente Alejandro Giammattei hiciera en cadena nacional el pasado domingo ante el incremento exponencial de positivos diarios y dos semanas consecutivas con muertes como consecuencia de la enfermedad.
La fase de contención y de cifras discretas comparadas con las de otros países de la región centroamericana y de las Américas, llegó a su fin y el paso a la de mitigación trajo un crecimiento exponencial esperado, pero muy peligroso cuando el sistema de salud no está apto para enfrentar ‘el coletazo’, como le llamó desde un inicio Giammattei.
A decir verdad, el eventual colapso que hoy ronda no es resultado de este Gobierno, sino de sucesivas administraciones corruptas que hicieron a un lado en sus políticas la preservación de la vida humana; sin embargo, 0,6 camas por cada mil habitantes refleja lo que podría suceder si las cifras de la Covid-19 escalan entre 400 y 500 pacientes diarios.
Esa es la variable que a juicio de Giammattei va a definir el curso de las medidas, más estrictas o más relajadas, sin descartar el cierre total del país, incluida la industria, y la polémica volvió a inundar las redes sociales con críticas que rozan extremos como levantar el Estado de Calamidad vigente y reabrir la economía de inmediato.
El trasfondo apunta a cierto cansancio por una cuarentena obligatoria desde el 21 de marzo, el impacto severo en el sector informal que no puede quedarse en casa, a dudas sobre el manejo de la epidemia (Ministerio de Salud) y a fallas en la comunicación del Gobierno.
Los expertos alertan que ahora más que nunca se debe respetar el toque de queda, el distanciamiento social, el uso de la mascarilla y el lavado de manos, pues las siguientes dos semanas definirán el futuro post Covid-19.
Epidemiológicamente, el pico más alto no se ha presentado, por lo que es un buen momento para conversar, reconsiderar conductas y un trato digno al personal médico, consideró Jorge Luis Ranero, presidente del Colegio Profesional de Médicos y Cirujanos de Guatemala.
La tendencia es clara al alza como muestra una secuencia del viernes 22 hasta ayer con dos mil 743 casos iniciales y cierre de tres mil 954, entre 200 y más de 300 diarios.
Treinta y cuatro decesos consecutivos en los últimos 12 días dan una idea del momento crítico y de la necesidad de que la población interiorice el mensaje Quédate en Casa que promueven los medios de comunicación, por cierto, también muy críticos respecto al acceso a la información sobre la pandemia, centralizada hasta ahora por el Jefe de Estado.
Si el domingo te advierten -más bien amenazan- que cerrarán el país si ‘no te portas bien’, como le dicen a un niño chiquito, y al siguiente día el propio Presidente asegura que ‘No, definitivamente no. No está en los planes de cortísimo plazo’, es difícil entender qué se quiere de las personas, comentó a Prensa Latina un experto en temas comunicacionales.
Según María del Carmen Aceña, del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales, los mensajes por parte del Gobierno deben ser directos para que la población entienda qué tipo de sacrificio debe hacer cuando el confinamiento prolongado es la única opción.
Edwin Asturias, pediatra y epidemiólogo guatemalteco, quien estará al frente de la recién creada Comisión Presidencial contra el Coronavirus, opina que el pico no es como una piedra que se lanza y cae, sino como un incendio.
‘¿Cuándo se va a apagar el fuego? Depende de qué medidas se tomen. El bosque comienza a quemarse con más rapidez y es el momento de comenzar a apretar un poquito las medida’, asegura, con la vista puesta en la experiencia de los países que ya lo vivieron.
Hay coincidencia en que los guatemaltecos han bajado la guardia por causas diferentes, pero en la confianza está el peligro, alertan, y para Guatemala significaría engrosar la lista de países donde la pandemia está dejando al descubierto todas sus miserias