Por : Miguel Ángel García Alzugaray
A Martí lo recordamos hoy, por la obra de su vida, por su ejemplo y sus enseñanzas, su prédica, su modo de decir y de hacer que, como sagrado legado, forman parte de nuestra doctrina revolucionaria con una extraordinaria fuerza de presencia.
Esta incuestionable realidad, debería ser más clara que la luz del día para los viles lacayos de la Casa Blanca y sus mafiosos amos, que desde Washington y Miami les ordenaron recientemente la abominable acción de mancillar la imagen del Apóstol. Seguir leyendo