Nuestra América es otra, y ha rescatado en las calles la consigna trunca del siglo pasado: el pueblo unido jamás será vencido. A ella podemos y debemos agregar el plural porque, sin dudas, los pueblos unidos, jamás serán vencidos.
No me detendré en el contexto y los entresijos del más conocido ensayo de José Martí escrito en 1891, cuyo nombre, Nuestra América, seguimos usando quienes aspiramos a la unidad de ese inmenso y rico territorio, que va del río Bravo a la Patagonia. Mi intención es otra: reflexionar sobre los retos múltiples que enfrentamos, y el papel de la izquierda y de la intelectualidad revolucionaria en esta hora de Nuestra América. Seguir leyendo